Un blog de poesía sencilla y otras cosas para todos aquellos a los que les guste apoyarse, al menos una vez al día, en el alféizar de una ventana a ver pasar la vida.

Pérdidas irreparables van conformando nuestra vida.

DAÑOS COLATERALES




No hubo declaración de guerra
ni siquiera había fronteras entre nuestras casas,
crecí contigo,
mientras jugaba entre los tulipanes
de tu jardín
los fines de semana.
¿Cuándo me convertí para ti
en un daño colateral?
¿Cuándo dejaste de quererme?
¿Cuándo te olvidaste de aquella rueda
que colgaste para mi
en el roble del patio?
Puede que nunca.
Puede que siempre fueras así.
Seguramente
aquel columpio solo existió
en los sueños de una niña
que no había oído nunca hablar
de batallas entre cuatro paredes.



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