Un blog de poesía sencilla y otras cosas para todos aquellos a los que les guste apoyarse, al menos una vez al día, en el alféizar de una ventana a ver pasar la vida.

La esperanza se esconde entre aquellos frascos de pastillas........

UN POQUITO MÁS

Pintura de David Walker


Días oscuros,
de tormentas sobre la piel
desprotegida,
de agujas sobre los ojos
ciegos de dolor,
días de espera…..
Días de chubascos intermitentes,
de miradas a través de las ventanas
de una habitación esterilizada
de una ciudad cualquiera.
Días de debilidad
agarrada con dureza
en lo más profundo de los huesos,
de quejidos enraizados
en las oquedades más profundas
del entendimiento.
Y aún así,
días de esperanza
cada vez que te sientas a mi lado
y sonríes un poquito más
sin pensar, demasiado,
en el mañana.


En blanco.....

COMPASES INACABADOS



Beatriz Milhazes 


Tiempo de espera,
compases inacabados,
flores marchitas en mi jardín.
Ven,
acude a mi llamada,
incrústate en mi pecho,
deslízate silencioso por mi sangre
y haz que mis manos bailen. 


Siempre hacia adelante.

EN TRÁNSITO


Esta acuarela es de una pintora de Cádiz de 39 años cuyo identidad desconozco . Me encanta.


Ahora que lo has atrapado
en la vaporosa muselina
de la ilusión

                               huye 

de la sombra oscura
que amenaza con cubrir 
tus sueños.

Ahora que la sonrisa
se oculta perenne
tras la máscara de polvo que cubre tu rostro

                              huye 

de la realidad
que se muestra al otro lado
devastando los brotes tiernos de esperanza.

Ya es hora,

                              corre

para salvar la vida que
siempre imaginaste.

Ahora que te has despojado
de todo lo superfluo,

                              huye

a aquel lugar que construiste
detrás del arco iris.



Lo esencial es invisible, o eso dicen...........

D.E.P.

Graffiti de David Walker




Ya no soy la misma,
mis pasos suenan oscuros
sobre las aceras
y ya no miro en los escaparates
mi reflejo.
El pelo,
que antes recogía 
cuidadosamente sobre mi cuello,
danza ahora libre sobre mi espalda
y se revuelve 
-de forma loca-
al compás del viento. 
Y ya no hay reglas,
ni juegos,
ni busco besos ajenos,
ya no me importa el resto
del Universo.
Ya no soy la misma,
camino libre como el fuego,
sin temor, 
sin complejos
observo como se calcinan
mis viejos lamentos.



En ocasiones por propia elección: SOLEDAD.

SOLEDAD

Niña en la Playa (Sorolla)

Te llamaron Soledad
y no te gustó tu nombre
cuando la inocencia
dejó de columpiarse en tus pupilas
y supiste dibujar
cada letra
sobre la arena
y, entonces, borraste aquellos trazos
con dedos ligeros
para renombrarte en Felicidad,
Aurora o, quizás, Dulcinea,
aquella dama tan bella,
y no te diste cuenta que en la soledad,
despojada de todo lo supérfluo,
el alma florece
como si todos los días fuesen 
Primavera.


TREINTA Y CINCO MINUTOS

TREINTA Y CINCO MINUTOS PARA DESAPARECER

El Grito de Munch


Mi cabeza solo repetía una y otra vez aquellas tres malditas palabras. Tengo treinta y cinco minutos. Treinta y cinco minutos, solo tengo treinta y cinco minutos.
Corría arriba y abajo por el pasillo central del aeropuerto sujetando aquella extraña caja decorada con plumas multicolores como si fuera a ahogarla. Tenía la impresión de que todos me miraban y se alejaban de mi como si tuviera una enfermedad infecciosa. Aunque no me extrañaba. Después de cuarenta y ocho horas encerrado tres metros bajo tierra  mi pelo se había vuelto de un extraño color naranja, al igual que mis uñas, y mi tez era tan blanca como la de un fantasma.
Lo decidí sin dudarlo cuando vi a los policías custodiar armados el acceso a la zona de embarque. Dejaría las vísceras en un lugar seguro. Dentro de una semana volvería a por ellas, en la caja emplumada que me había entregado el curandero estarían a buen recaudo.
Me dirigí cauteloso hacía un recodo del pasillo y detrás de la escalera mecánica encontré un lugar apartado para dejarlas. Empujé la caja detrás de una maceta y me dirigí hacia la puerta de embarque sin dejar de mirar hacia atrás.
No fui capaz. No pude dejarla sin más. Mi vida dependía de aquella asquerosa caja. Di la vuelta y la recogí. Sin pensarlo más comencé a caminar hacia la puerta de embarque apretándola contra mi pecho como si quisiera incrustármela dentro.

Recordé cómo me extraían las vísceras una por una, las metían en la caja y me enterraban con ellas. 

Vi los policías que custodiaban el acceso al avión pero no me importó. Mis entrañas viajarían conmigo costase lo que costase. 
Y entonces lo vi, el escáner, y supe de inmediato que jamás subiría a aquel avión y que nunca volvería a casa.
De todas formas tenia que intentarlo. Lentamente me quité los zapatos, el cinturón, las pulseras….Me sentí desnudo. 
Los policías se miraban perplejos. ¡No me extraña! Aquel maldito escáner de última generación mostraba un cuerpo totalmente vacío. Una cáscara sin relleno. 

Me llevaron a una sala blanca y me dijeron que esperase. Aquella puerta no volvió a abrirse para mi. 



Nadie podrá coartar con una reja tu libertad.

TABLÓN DE ANUNCIOS



Se busca poema
capaz de compartir versos
con palabras prohibidas.
Imprescindible contar con la ayuda
de una mente abierta
e insatisfecha.



Cicatrices sobre el alma.

CICATRICES 

Jekaterina Razina (In The Sky-2011)


   Como tatuajes
salvajemente diseminadas sobre mi piel desnuda
cicatrices invisibles
cruzan mi espalda. 
La traición,
la mentira,
el desengaño,
partiendo desde mi nuca, líneas blancas
ocultas a las miradas.



Procaz, impúdico, desvergonzado.....

IMPÚDICO

Eros y Psique (Antonio Cánova)


He pensado que te gustaría bajar al Infierno
conmigo,
mientras te beso
y mis alas blancas arropan tus senos desnudos
y tersos.




Resistencia, sigue adelante.

REBELION





  Quedaos en las trincheras
no dejéis que os alcancen las balas,
las amapolas rojas 
cubrirán como una alfombra las calles
y su olor acre
inundará vuestras entrañas.
Quedaos en las trincheras
esperando entre el lodo y el barro
porque ellos no saben
que, algún día,
en algún momento,
se les acabarán las armas.
Y entonces soltaremos los lobos
hambrientos de venganza,
jaurías, recorriendo las calles arrasadas,
aullarán frente a sus ventanas.
Resistid en las trincheras.
Nunca perdáis la esperanza.







Pequeñas historias de amor III

Imperfectamente tú.



Tus tirabuzones revueltos y tus ojos de chocolate son bálsamo para mi alma y esperanza en mi vida. Me gusta mirarte a todas horas, de noche y de día. Seria y concentrada, mientras tu pequeña lengua sonrosada trabaja al ritmo de tu cerebro lamiendo tus labios y tus cejas se contraen, como enfadadas, porque no te sale todo tan perfecto como tú deseas. De sonrisa discreta y regalada solo en momentos especiales y a quien solo tú deseas. Es verdad, tus besos y abrazos no los prodigas fácilmente, pero son honestos, limpios y profundos porque los das cuando es necesario y solo a quienes te llenan el corazón. Alta, esbelta y flexible como un junco florido. Cristalina como el agua más pura de las montañas, incapaz de ocultar tus alegrías y tus penas. Inteligente, racional, tu pequeña y joven cabecita maravilla y asombra a propios y ajenos al descubrir, tras una carita tan dulce e inocente, conocimientos de viejo y desmelenado erudito. Princesa presumida, lectora ávida de conocimiento, exploradora, investigadora nata, creadora de maravillas........ Te observo dormir tranquila, con la boquita abierta y los brazos apretados alrededor de tu gatita de peluche. Te veo correr divertida, veloz como el viento, pedaleando encima de tu bicicleta rosa. Te miro leer abstraída, perdida en sabe qué mundo inventado en tu cabeza. Dinosaurios, planetas, egipcios y romanos, plantas extrañas, princesas y niñas rebeldes, maravillas del mundo pueblan tu imaginación.....
Eres linda por dentro y por fuera. La obra más imperfectamente maravillosa que pudiera imaginar en mi cabeza. No cambiaría nada en ti