Un blog de poesía sencilla y otras cosas para todos aquellos a los que les guste apoyarse, al menos una vez al día, en el alféizar de una ventana a ver pasar la vida.

YERA PELA MAÑANA




YERA PELA MAÑANA

Yera pela mañana
sonome’l despertador
dixeronme ¡Pala escuela!
¡Ay mamina! ¡Vaya horror!


Nun quería llevantame
y aquel malditu reló
taba poniéndome negra
como una piedra carbón.


Metí la cabeza p’adientro
tapeme con el cobertor
nun piesno salir de la cama
 ni arrastrándome voy hoy.

Si mandase yo ne’l colexiu
y fuese yo el director
cambiaba tolos horarios
con un  buen rotulador.

¿Llevantase a las ocho?
¡Hay que tar llocu por dios!
Cinco días pa folgala
paezme muncho meyor.




DESVENTURAS DE UNA DENTADURA





DESVENTURA
DE UNA DENTADURA

Cuando yo era pequeñita
me pusieron aparato
no podía remediarlo
me sentía como un pato.

¡Ay que risa tía Felisa!
no podía masticar
ni un chicle, ni una manzana
ni un pequeño mazapán.

Mis dientes amontonados
se pusieron a formar
ese aparato horroroso
¡era igual que un general!

Pobrecita dentadura
se tuvo que transformar
tenía que bailar tango
y quería danzar jazz.

Mis dientes desventurados
ahora son de lo  más top
ya desfilan en Cibeles
y posan en “foto col”

Una sonrisa perfecta
¡menudo anuncio dental!.......

¡¡¡Tururú!!!

¡Ay, si la gente supiera
lo que tienes que hacer tú!



SALTAMONTES

SALTAMONTES




Llevamos siempre el dolor doblado
cerca del pecho,
escondido
como los pañuelos de encaje 
con los que mi abuela siempre
se empeñaba en limpiarme la cara.
Igual que una pintora ciega
deambulo a tientas por el lugar
donde debería estar dibujada mi sonrisa
y coloco, a duras penas,
una mueca
reflejo de lo que siempre debería
haber estado….
Mi frente sobre la ventana.
Mis manos sobre los cristales.
La humedad y el olor a moho incrustado.
Observo el reflejo 
de una mañana de verano ya inexistente
y me asalta, a traición, el recuerdo
de la experta cazadora de saltamontes
agachada sobre la hierba,
expectante, sigilosa,
las rodillas manchadas…..
Despliego el pañuelo.
¡Ojalá estuviera ella aquí para secar mis lágrimas!