La felicidad se esconde dentro
de una pompa de jabón
y huele a caramelo pegajoso,
enrosca un mechón de tu cabello entre sus deditos
y, cada mañana, te susurra
un “te quiero” al oído.
No se perfuma con Channel número cinco
ni se columpia del lóbulo de tu oreja,
no la puedes encadenar de tu hombro
con cordones plateados…….
Cuando quiere viene a ti
y te abraza un buen rato
y salta sobre tu espalda, tus hombros,
tus costillas,
dejándote el corazón agotado.
Luego así como llegó de improviso,
arrasando tu silencio,
se aleja riendo, a saltitos, por el pasillo.