Un blog de poesía sencilla y otras cosas para todos aquellos a los que les guste apoyarse, al menos una vez al día, en el alféizar de una ventana a ver pasar la vida.

ELLA II


Como la hojarasca revuelta
por el viento que avanza
en remolinos.
Un poco desastre,
un poco caricia,
limpiando con caos
el entorno que la rodea.
Ella es así,
sin límites ni bifurcaciones
que la detengan.
Sin lugar ni tiempo para el vacío.
Intensa.

ELLA


Hoy es un mal día,
me miro y no comprendo,
no se a quién veo.
Ahí mis ojos,
ahí mi boca,
ahí mi cuello...
Me sorprendo
extiendo mi mano
la veo
mi piel sigue sujetando la carne, los huesos...
Y me pregunto cómo.
¿Cómo he podido ir dejando pedazos de mi sobre el suelo?
Palabras líquidas
ensucian mi pecho.
¿Cómo puedo desangrarme poco a poco
de forma invisible para ese espejo?
Miro de nuevo y comprendo...
Veo cada región de ese cuerpo
devastada,
convertida en pedazos,
ardiendo.
Ahí sus ojos,
ahí su boca,
ahí su cuello...
Su carne, sus huesos...
Quiero borrarla, no la quiero.
Aparto la vista, la vida continua,

a lo lejos ladra un perro...

COMO SI NO PASARA NADA





Me desnudé de nuevo
para mostrar la hermosura que vive en mi cuerpo,
de un dorado perfecto
esplendida mi alma,
explosión de luz y belleza
inundando el cuarto.
Todo sentido.
Un milagro rebelándose intenso
como el sol cálido y fascinante.
Y de nuevo escondí aquel regalo,
aquel hallazgo,
como si no pasara nada……..
Cubrí mi rostro con una máscara como si no pasara nada…..
Escondí mi voz y mi cuerpo como si no pasara nada…..
Como quien no quiere la cosa.
Dentro sol y fuera cenizas.
Y lloro.
Por eso escribo,
porque quemo cuando hablo.
Sobre los corazones fabrico heridas.
Como si no pasara nada
me escondo de nuevo.


MI PRECIO



Y ahora que soy libre
de pronto el suelo
se ha convertido en suelo
y la lluvia es agua
que se desliza por las ventanas;
ya no brilla el sol a medianoche
y la oscuridad permanece
entre las farolas.
No se si estoy despierta o dormida.
Miro mis brazos
y la piel cubre mi carne
que antes adornaba el espíritu
desprotegido.
Estoy sana.
Definitivamente, para escribir poesía
tienes que morir de tristeza.