Un blog de poesía sencilla y otras cosas para todos aquellos a los que les guste apoyarse, al menos una vez al día, en el alféizar de una ventana a ver pasar la vida.

MARIPOSAS BLANCAS


MARIPOSAS BLANCAS AL ATARDECER





Mariposas blancas
revolotean bajo tú piel.
Esperan,
impacientes,
el momento de recuperar su libertad
años atrás perdida.
Sus alas blancas
se diluirán entre las nubes,
vaporosas,
limpias,
frescas, como aquel atardecer
de primavera
en que reímos bajo las higueras.

Y yo me quedaré llorando,
retorciendo un chal
entre mis manos temblorosas,
triste sustituto de tus brazos
rodeando mis hombros
agitados por la pena.
Extenderé mis brazos
intentando rozar sus alas,
intentando retener, aunque sea,
a una sola de ellas
sobre la palma de mi mano
para recordar,
para recordarte a ti.
Pero igualmente se irán 
y tú desaparecerás, con ellas,
para siempre.

Y entonces, cuando la vida me haya escupido a la cara
y un rastro salado
salpique mi rostro,
cuando desee dar una patada
y cerrarle la puerta,
cuando me encoja
y abrace mi espacio
como si de una coraza inútil
se tratara,
cuando la derrota se haya colado por las rendijas
y se apodere
de cada recodo de nuestra casa, 
cuando ya no queden mariposas blancas,
espero recordar, simplemente,
que la vida nos ignora,
espero tener fuerza
para abrir la puerta de nuevo 
y dejar pasar la luz.







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